Cuando un amigo se marcha sin decir nada…

Por: José Manuel Castillo Betances

Hoy le hablaré de un excepcional ser humano que creció como el árbol resistiendo la inclemencia del tiempo, el torrente sol, las lluvias y la oscuridad de la noche, solo por ser honesto y alcanzar la dignidad humana.

No se trata de un ser místico, es un ejemplo muy terrenal, muy compasivo, solidario. Uno que desde muy jovencito busco del conocimiento como un ave escudriña su espacio para volar.
Nuestro amigo Monchy Rodríguez…
Tu abrupta partida nos habla que la fragilidad del ser no resiste la adversidad de los vientos.
Más tú que sobreviviste mayores tribulaciones alcanzaste la gloria divina.
Cuando un amigo se marcha sin decir nada…
No sé si me ahogo en mis penas…
O es que el mar se lleva repentinamente parte del alma.
No lo sé….
Es tan duro saberlo que quema por dentro.
Tus amigos no contábamos que fuera tan fugaz tu estancia en la madre tierra.
Noble amigo, Te marchas dejando tantos sueños forjados…
¿Cómo puede ser tan breve la vida?, para quien da tanto por ella…
Tan poco lo sé…Son de esos enigmas que solo el gran creador puede descifrar…
Ya te podrás imaginar el torrente de dolor y llanto que causa tu súbita partida…
Una amistad sincera se siembra para la eternidad… Nada une más al hombre que la batalla de las ideas…
Una profunda herida se abre, que solo con el devenir del tiempo podrá curar…
¡Quién lo diría!, ayer celebraba un triunfo político y hoy yace en la tumba…
Solo nos reconforta saber cómo anduviste en rectitud por este mundo que nos deja…
Forjador de sueños, procuraste siempre a la tierra arrancarle su fragancia en una mezcla de luchas, siembras y cosechas…
Integro, padre amoroso y ejemplar, gran amigo, transparente, sincero y honesto.

Contempló el horizonte político y confieso que eres uno de los discípulos del maestro Juan Bosch, más consagrado al Partido de la Liberación Dominicana.
De ello hablan tus afanes por la unidad partidaria, tu activismo sistemático, en procura del desarrollo del PLD.
Militante aguerrido, henchido de pasión en defensa de los más débiles. Tu actitud franca como el maestro, sin barnices, dispuesto siempre a vivir con la verdad aunque el precio fuera alto.
Cuanto sueños de libertad se forjaron en la aurora de tu joven vida…
A la vanguardia siempre desde los inicios de la construcción de este formidable instrumento de liberación de nuestro pueblo, que el maestro bautizará como PLD.
Gloria a tus retos soldado de la vida, el amor y el trabajo.

¡Qué chiquito te queda este mundo!, y cuán grande te veo junto al soberano Dios…
Jesucristo os de espacio a tu noble alma, que bien ganada esta…
Por tus amigos que son muchedumbre, aquellos que admiran tu alto sentido humano y que aturdido siente profundamente tu partida…

Perdimos a nuestro compañero, amigo y hermano. Más nos alienta que su alma está junto al gran soberano y su espíritu henchido de valor unitario está aquí con nosotros, con los suyos.
Yace en Paz hermano Monchy.

Autor: Ramón Bierd Henríquez

Periodista-Comunicador

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