Ministerio Immanuel Almanzar representa a un joven salmista nacido en la ciudad de Santiago, que ha dedicado su vida a la adoración y al servicio de Dios a través de la música. Desde temprana edad, Immanuel mostró un profundo amor por la música y una pasión ardiente por la adoración, lo que lo llevó a desarrollar un ministerio que busca conectar a las personas con la presencia del Padre.
Su vida y ministerio reflejan una búsqueda constante de la cercanía de Dios, guiando a cada generación hacia una adoración genuina y profunda. Con una visión profética y una sensibilidad musical inspirada por el Espíritu Santo, Immanuel utiliza su voz como un instrumento poderoso para provocar encuentros transformadores y manifestar el sonido del cielo en la tierra.
Antes del evento «El Gran Día», que se llevó a cabo el 24 de septiembre en la iglesia Triunfadores en Cristo, ubicada en Las Antillas, Santiago, Immanuel realizó un recorrido por los medios de comunicación locales para llevar información sobre el evento. Esta estrategia ayudó a generar expectativa y a invitar a la juventud a ser parte de esta experiencia única.
Durante «El Gran Día», Immanuel, junto a sus invitados, incluyendo al Pastor Nelson Valdez ,la adoradora Coral La Luz, Ana Pulinario y otros, reunió a una juventud apasionada por adorar. Este encuentro no solo fue un concierto, sino una proclama profética en medio de una sociedad marcada por la maldad y la falta de intimidad con Dios. Aún en estos tiempos, una generación se mantiene firme en su propósito de alabar y glorificar a Jesús.
Las comunicadoras Lyly Reynoso y Yudelkis Santos fueron las encargadas de llevar el hilo conductor de esta memorable noche, que se destacó por su producción impecable, Con una estética impresionante, luces y sonido de alta calidad, el evento se realizó con la excelencia que Dios merece, creando un ambiente propicio para la adoración y el encuentro con lo divino.
A través de «El Gran Día», Immanuel logró grabar sus primeras canciones de manera profesional, marcando un hito en su ministerio y dejando una huella profunda en los corazones de todos los asistentes. La danza y la música se unieron para glorificar a Jesús, reafirmando que Él es el centro de todo lo que hacemos.
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