¿Dónde están los beneficios del cierre de la frontera?  

Por: Pedro René Almonte M.

Los resultados del actual gobierno en materia de políticas públicas han sido escasos, por no decir nulos. En los casi cuatro años que lleva la actual administración, vimos como el nivel de vida de los dominicanos ha llegado a niveles alarmantes. La falta de empleo y el alto costo de la vida, unidos al deterioro de todos los servicios públicos que antes funcionaban han sido la combinación perfecta para lograr que los dominicanos sean las personas más estresadas de toda Latinoamérica (según encuesta CID Gallup). Dicha apreciación es entendible, no hay cosa que estrese más que la falta de dinero en el  bolsillo y la presión de pagar las deudas a fin de mes.  

Por otra parte, tenemos a un presidente en reelección que no escatima en recursos para exaltar su figura, y vimos cómo la situación con Haití fue usada de manera burda para ello. Nosotros, la República Dominicana empezamos por el final en esta ocasión. Lo primero es el diálogo y la diplomacia, lo último es la confrontación, la militarización y la guerra. El gobierno comenzó por la militarización de la frontera, cuando las condiciones de conflicto entre ambos países no ameritaban una exageración tal. La justificación para el cierre y militarización de la frontera fue la paralización de la  construcción de un canal en el  rio dajabon en su territorio, cosa que no se logró (primer fracaso). Lo que sí se logró fue afectar nuestra imagen en el exterior (segundo fracaso), ya que nos verían como un Estado que no sólo tiene un conflicto “militar” con el país más pobre del hemisferio, sino que también le niega el acceso a los bienes que necesita y le compraba a los comerciantes dominicanos (tercer fracaso); y digo le compraba porque Haití, busca sin descanso quien le supla sus productos; mientras los comerciantes y pequeños productores se van a la quiebra (cuarto fracaso). El presidente Luis Abinader quien en su “lucha patriótica” provocó esta situación, debe encontrar a quien podemos vender lo que los haitianos nos compraban. Estamos en vías de perder nuestro segundo socio comercial (quinto fracaso) y el único país al cual le vendemos más de lo que le compramos.  Por otra parte, no hemos visto que los productos que compraba el vecino país, hayan bajado de precio por aquello de la oferta/demanda, para beneficio del consumidor dominicano (sexto fracaso).  

Finalmente, luego de evaluar los hechos y contrastarlos con los beneficios para nuestro país, hemos de concluir que la medida no arrojó ningún resultado positivo y que solo sirvió para alimentar la crispación entre ambos pueblos que los dividen muchas cosas, pero habitan una misma isla.  


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Autor: Por la Redacción

comunicador, locutor, productor de TV. directivo del SNTP y Adompretur

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